Resumen:
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Esta publicación, traducida y editada por la Universidad Nacional de Moreno, es un verdadero tratado que, partiendo de la Teoría de la Regulación (TR), analiza y describe las contradicciones del capitalismo actual, con minucioso rigor y dejando abierto importantes interrogantes para una investigación más profunda a futuro. Sin duda, se trata de la obra cumbre de unos de los creadores de la TR, que desde hace casi 40 años brega por profundizarla, formalizarla y aplicarla para comprender la realidad, no solo de los países capitalistas industrializados, sino también de los países en vías de desarrollo y de las poderosas economías emergentes, como es el caso de la China. Podemos afirmar que esta obra se presenta como un clásico manual, confrontando la TR con los enfoques keynesianos y marxistas, en busca de las coherencias y contradicciones que emergen de este intercambio, con la ayuda de el herramental gráfico y de esquemas didácticos muy estimulantes. Se trata de un gran paso en el perfeccionamiento del enfoque regulacionista, poniendo de relieve el papel de las instituciones para comprender la trayectoria del capitalismo y las implicaciones de sus crisis, más allá del tradicional análisis de fordismo con el que emergiera la TR. Como es sabido, sus grandes intuiciones se nutren de la historia, la sociología y la ciencia política, puesto que la TR asigna fundamental importancia a las instituciones y a los actores sociales y agentes económicos, cada uno de ellos con su propia estrategia; rechazando la visión individualista y homogénea propia de los neoclásicos ortodoxos. Son cinco las formas instituciones del modo de regulación que plantea la Teoria: el régimen monetario, las formas de la competencia, la inserción en la división internacional del trabajo, el Estado y la relación salarial. Las mismas se articulan, se complementan y se ordenan jerárquicamente en función de los cambios científicos, tecnológicos y políticos, dando lugar al modo de regulación que, a medida que se desarrolla, da lugar al surgimiento de diferentes crisis y recuperaciones, siendo que esas formas institucionales no evolucionan con la misma cronicidad, predominando la irreversibilidad. A diferencia del marxismo ortodoxo, el modo de regulación (MR) por medio de las formas institucionales, condiciona y orienta el régimen de acumulación (RA), es decir, de tal modo que configura un modelo de crecimiento de largo plazo que define la acumulación de capital, dando origen a la expansión del capitalismo y a sus crisis. La interacción del MR y del RA se denomina âmodo de desarrolloâ y, a cada régimen de acumulación le corresponde una crisis, que repercute sobre todas las variables. La TR clasifica las diversas formas de crisis que se han verificado históricamente, poniendo de relieve la capacidad del modo de producción capitalista para tratar de absorber las crisis, ajustarse y reestructurarse, dando lugar a otro MR y otro RA que no son fáciles de pronosticar desde el inicio. Es por ello que la TR no ofrece recetas aplicables en todo tiempo y lugar para los gobiernos en su búsqueda de soluciones para hacer frente a las crisis. Su aporte se concentra en el método de análisis, en un enfoque, más que en proponer normas estandarizadas de acción. Podemos afirmar que la TR no se construyó siguiendo el método hipotético deductivo, sino confrontando los conceptos y las observaciones empíricas (partiendo de las cuentas nacionales, descubriendo las regularidades estadísticas en el largo plazo), dando mucha importancia a la historia. Esa metodología hace posible que dentro de la TR sean compatibles diversas interpretaciones de un mismo hecho histórico, rechazando toda forma de determinismo económico o tecnológico. Es por todo ello que el debate dentro de esta escuela de pensamiento es vigoroso, no se aceptan dogmas fácilmente, o pueden primar las individualidades que están presentes en Universidades algo alejadas de la región parisina. La atención de Robert Boyer, como la de los otros fundadores de la TR (Michel Aglietta, Pascal Petit, Benjamín Coriat, Alian Lipietz, por citar a los mayores referentes), fue puesto en sus origines en el fordismo y su crisis, poniendo de relieve los cambios que se operaron desde inicios de los años 70 en las formas institucionales: las privatizaciones y el cuestionamiento del poder regulador y planificador del Estado, la amplia apertura del comercio exterior, el abandono del patrón oro, la competencia exacerbada tanto en el mercado interno como a nivel internacional, el poder invasor de las finanzas y el cambio de la relación salarial âhaciendo competir a los asalariados entre si-, el abandono del pleno empleo y de la estabilidad de precios, el freno a La economía política de los capitalismos. Teoría de la regulación y de la crisis. la tedencia al mejoramiento de los salarios reales, dando lugar a un retroceso significativo del derecho laboral âpro operarioâ y de la seguridad social protectora. El nuevo modo de desarrollo que se va consolidando está dominado por las finanzas, debilitando la economía real; pero esa financiarización desestabiliza el equilibrio macro-económico precedente debido a la diferencia entre las tasas de ganancia de los sectores real y financiero, dando lugar a un régimen de acumulación que no sería sustentable en el largo plazo a la luz de los teóricos de la TR. Sin duda, el desconocimiento de estas relaciones ha generado serios problemas en la Unión Europea y en su sistema monetario, aumentando las desigualdades entre países. En varios capítulos de su libro Boyer, describe y trata de caracterizar la emergencia del capitalismo en China. En tres décadas ha dado un salto que se refleja en la sobreacumulación, un elevado crecimiento industrial, junto con las desigualdades entre regiones y entre sectores rurales y urbanos, donde se observa una relativa coherencia entre los empresarios y los dirigentes políticos, dando lugar a una nueva forma de corporatismo local; esto es, lo que permite que el partido gobernante pueda continuar con el monopolio del poder. La elevada y durable productividad, la introducción de modernas tecnologías de origen extranjero y la orientación hacia resto del mundo de la producción industrial competitiva, se dan al mismo tiempo con el deterioro de la parte de los salarios en el ingreso nacional, todo lo cual, según la TR, preanuncia futuras crisis. En su indagación sobre el caso de los Estados Unidos, el poder las empresas transnacionales opaca el de republicanos y demócratas que se instalan en la Casa Blanca. Los bloques hegemónicos de los cuales hablaban Gramsci y Poulantzas se han consolidado también en Europa; y el mundo bipolar de la postguerra ha dado lugar a otra configuración: Estados Unidos y el TLC, Europa, China, y los países emergentes. La internacionalización está en el origen de la diversidad de los capitalismos. El texto toma nota de esos profundos cambios y de sus trayectorias a nivel nacional para proponer un extenso campo para la investigación. En suma, las formas institucionales permiten relacionar la micro y la macro economía e introducir la noción de modelos productivos, pudiendo afirmarse que el sistema productivo es una construcción social situada históricamente. El trabajo realizado permite ver la heterogeneidad según las trayectorias nacionales y la forma que adopta el proceso innovativo en el capitalismo, distinguiendo entre Japón, los países nórdicos, Europa continental y el mundo anglosajón. Otro análisis importante se refiere a la relación de formación y acceso al conocimiento y las desigualdades de ingresos, profundizando los trabajos de Piketty. En este sentido, un nuevo aporte es la relación con la naturaleza a diversos niveles, siguiendo el enfoque de K. Polanyi (âla naturaleza no es una mercancíaâ) dejando entender que las restricciones generadas por el deterioro del medio ambiente pueden llegar a limitar el crecimiento. Algunos autores proponen incluso que esta relación se considere una sexta forma institucional. Uno de los temas que quedan abiertos en el pensamiento de Boyer es la relación entre el mercado y las instituciones (que él define como âmecanismos de coordinación alternativos al mercadoâ), en oposición a los tradicionales trabajos de los neo-institucionalistas (North, Coase y Williamson), o de los evolucionistas (Nelson y Winter), o de Bourdieu inclusive. En resumen, la obra retoma y analiza los principales trabajos de los regulacionistas desde hace cuatro décadas y establece una cronología muy útil para observar la evolución de la teoría y los autores que la crearon. Los grandes problemas que nos plantea Boyer pueden resumirse así: ¿Cuáles son las instituciones de base de una economía capitalista y cuáles son las condiciones institucionales para se instaure una dinámica estable? ¿Qué es lo que hace transformar esas instituciones? ¿Por qué en un mismo país se replican las crisis, incluso después de largos periodos de crecimiento? ¿En qué condiciones aparecen y se hacen viables las nuevas formas de capitalismo? Podemos afirmar que la esperanza que animó a Robert Boyer al hacer este trabajo, es el de estimular âel surgimiento de un movimiento de resistencia contra la violencia del mercadoâ; pero esto solo será posible si una nueva generación de intelectuales y de teóricos se propone analizar esta contradicción en profundidad; la que sin duda, también alienta a la UNIVERSIDAD NACIONAL DE MORENO para realizar esta publicación. Julio C. NEFFA y Hugo O. ANDRADE Universidad Nacional de Moreno
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