Resumen:
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"El lenguaje desobedece cuando ensucia la lengua con sus trampas de encantamiento y sensibler a, cuando la falsifica, cuando la infecta de glosarios impunes y de ret3ricas sin nadie dentro y nadie del otro lado, cuando se sobreestima en su regocijo adulto o se desprecia el lugar de su ausencia. Sin embargo, el lenguaje es tambi©n desobedecido. Lo desobedecen los ni+os, los ancianos, las mujeres, los artistas, los fil3sofos. Lo desobedecen la conversaci3n, la lectura, la escritura, la inscripci3n en las paredes irregulares, los presos, los dementes, los autistas, los borrachos, los que escriben poemas, los que prefieren no hacerlo. Si el lenguaje no desobedeciera y si no es desobedecido el lenguaje, no habr a filosof a, ni arte, ni amor, ni silencio, ni mundo, ni nada". Con estas palabras, Carlos Skliar introduce un recorrido en el que los actos de leer, de escribir, y tambi©n de pensar la otredad, se entretejen con los silencios, los vaivenes, los extremos y las severidades del lenguaje. Atravesado por el desasosiego de una ©poca donde la urgencia es la norma, un tiempo que se arroga "de haber encontrado salidas a ninguna entrada, adjetivos a ningºn sustantivo, voces sin nadie dentro", Desobedecer el lenguaje. Alteridad, lectura y escritura, acaso plantee un desv o ante la tenacidad de la palabra ahogada, del sentido inapelable y del juicio domesticador, e invite a reflexionar sobre la diferencia tanto desde la opacidad de las indiferencias, las interrupciones, los encierros y las desatenciones, como desde el misterio del libro abierto (el libro que no condena, que no confina), la poes a liberadora y la conversaci3n como puente a lo desconocido, y a los desconocidos
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