Resumen:
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La Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de la ONU (CSW por sus siglas en inglés), definió en marzo de 2004 la violencia contra las mujeres como cualquier forma de comportamiento utilizado por los hombres como mecanismo para "poner a las mujeres en su lugar" y "reafirmar quién toma las decisiones o quién tiene el poder en la relación", violencia específica precisamente basada en el género. La siguiente investigación hace referencia a la violencia masculina en la pareja, cuyo consenso internacional la precisó como: "toda forma de coacción, control o imposición ilegítima por la que se intenta mantener la jerarquía impuesta por la cultura sexista, forzándolas a que hagan lo que no quieren, no hagan lo que quieren, o se convenzan de que lo que decide el hombre es lo que se debe hacer". Cuando se ejerce contra la pareja se trata de un conjunto sistémico de técnicas que el hombre utiliza en un proceso de invasión de los límites de la mujer para restarle libertad y encauzarla hacia los deseos e intereses masculinos. Este tipo de violencia será analizada a través de diferentes dimensiones, partiendo desde lo micro o individual y lo relacional familiar hasta lo macro que constituyen las leyes que nos rigen, las normas, las creencias que nos atraviesan y construyen. Estos niveles de participación son los que producen la construcción de la realidad de las personas. En cuanto al microsistema, se sostiene que la violencia se transmite manera intergeneracional, "distintos estudios entre ellos una investigación propia revela que aproximadamente el 60% de los hombres que ejercen violencia como adultos en sus parejas han sido testigos de violencia entre sus padres, como asimismo han sido maltratados ellos mismos en sus respectivas infancias", en tanto el macrosistema, el contexto favorece la asimetría de poder, en donde el hombre abusa de su poder, imponiendo su voluntad contra toda la resistencia. La historia de vida de hombres y mujeres se ve atravesada por una educación naturalizada del ejercicio del poder, estrechamente relacionado con lo que solemos denominar ideología patriarcal, la cual se constituye en la raíz de la identidad masculina tradicional, la que teniendo como base conductas auto y hetero de control, violencia legitimada y una percepción de la mujer como objeto, conforma una construcción cognitiva que precede la acción abusiva. Ante esta realidad se considera necesario investigar los distintos modelos de intervención que deben llevar a cabo los equipos interdisciplinarios para generar un cambio, donde se pueden deconstruir los modos de pensar, sentir y actuar, que a través de nuestra cultura se han ido naturalizando, y aceptando como incuestionables
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